jueves, 8 de octubre de 2009

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA

Mi formación profesional al ingresar en el trabajo docente en el 82, fue de Ing. en Alimentos, con experiencia en la industria alimentaria y cursos de capacitación impartido por la empresa que laboraba en el ámbito industrial.

Al incorporarme al sistema de educación media superior fungí como jefe del departamento de servicios generales, profesor de la cátedra de matemáticas 1 y de apoyo en la realización de las prácticas en la especialidad de procesamiento de alimentos, y así sucesivamente, mi participación y responsabilidades en el plantel fue en ascenso hasta llegar a ser coordinador del área de alimentos y jefe del departamento de investigación y desarrollo tecnológico. En ese momento, me encontraba de vacaciones en la localidad donde se encontraba ubicado el plantel y por azares del destino, saludé a una amistad, comentándome que era director de un plantel tecnológico que apenas tenía un año de haberse formado en ese lugar, charlamos sobre mi formación profesional, se interesó y me invitó a participar en su proyecto educativo.

Ser profesor después de 26 años de experiencia en la institución y haber transitado por diferentes departamentos y cátedras, es una labor difícil, en asumir grandes responsabilidades en lo ético, en valores, actualización, ser humano, sensibilización, conocimiento, dominio de los temas, del propio grupo, las técnicas del proceso enseñanza-aprendizaje, los lenguajes a utilizar ( corporal, verbal, dicción, etc.), y de un gran compromiso personal, social e institucional, desde la óptica de formar mejores seres humanos, profesionistas, profesionales, de tal manera que le den la dimensión y el valor acertado, de los recursos que el docente le está proporcionando y transmitiendo con su esfuerzo y dedicación.

Es de suma importancia, que nosotros los docentes estemos comprometidos con nuestra labor, día con día, a pesar de las adversidades que a lo largo de nuestro camino nos podamos encontrar. Ver como un compromiso en nuestra labor, ser autocrítico, actuar como amigo-docente con ellos, que sientan que en cualquier momento se pueden apoyar en nosotros, transmitirles confianza dentro y fuera del aula e institución, es la mayor satisfacción que puedo recibir en mi labor de docente.

Desafortunadamente, nuestro México tiene una gran brecha con los mismos países en vías de desarrollo, y esto nos hace más lento y difícil en el avance de nuestra labor con los educandos, como también la poca importancia que he vivido respecto a los padres de familia que no existe comunicación con sus hijos y mucho menos sensibilización, de los valores como seres humanos que deben de tener en el hogar, como es el respeto, la responsabilidad, la amistad, etc.; además, de las carencias que hay en nuestros planteles de infraestructura, para llevar a la realidad muchas pero muchas actividades que nosotros con los alumnos podemos desarrollar y aplicar. De esta manera, tendríamos mayores posibilidades de preparar personal calificado y competente en el mundo laboral que exige cada día mayores capacidades y habilidades para este nuevo S XXI y de nuestro país en vías de desarrollo, en todos los ámbitos profesionales.

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